A finales del mes de abril comencé a adquirir el hábito de levantarme antes de mi hora habitual. Lo hice por dos cuestiones: primero, porque me daba la sensación de que, trabajando en casa, no aprovechaba bien el tiempo; y, segundo, porque necesitaba hacer hueco para esas cosas que siempre dejamos para otro momento (especialmente el ejercicio).
En esos días también estuve leyendo el libro Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam y recogí frases interesantes como: “Antes de que el resto esté desayunando, la gente más exitosa ya se anotó victorias cotidianas que le ayudan a acercarse a la vida que quiere tener”. Pero, ¿qué hora es “antes del desayuno”? El libro no fija una hora en concreto, aunque, por los casos prácticos, pude intuir que estaríamos hablando de entre las 5 y las 5:30 horas.
Desde luego, en ese momento, no estaba preparada para despertarme a las 5 de la mañana y terminé por programar mi despertador a las 7 am. Los primeros días mi cuerpo ofreció bastante resistencia, pero la clave a por qué sucedía esto me la dio Enfermero Morfeo en una entrevista que le hice hace unas semanas: no estaba durmiendo lo suficiente.
El factor psicológico también influye muchísimo. La manera en la que te motivas para despertarte es fundamental y dar valor a las actividades por las que haces ese esfuerzo es un requisito para que las sábanas dejen de pesar. Si, además, estás rodeada de gente que hace lo mismo que tú, ya tienes mucho ganado. Y, gracias a Instagram, creamos un grupo de chicas que seguimos apoyándonos para conseguir nuestro propósito de madrugar.
Con todo esto, aún me quedaban algunas dudas que quise que me respondiera Mimi Almita, la reina de la organización slow en Instagram. Ella se levanta diariamente a las 5 de la mañana, es emprendedora y madre.
Entrevista a Mimi Almita (sobre levantarse a las 5 am): “Lo importante no es si te despiertas a las 5, a las 6 o a las 3 de la mañana, sino la intención de encontrar ese tiempo para ti misma”
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¿Por qué las cinco de la mañana?
Se dice que las 5 de la mañana es la hora de la victoria, aunque yo creo que es algo más personal, que no objetivo.
Las 5 de la mañana es una hora en la que normalmente la gente no está despierta. Como mucho la gente que va a trabajar a los primeros turnos, pero son una minoría. Eso hace que esta hora sea la perfecta para hacer cosas que requieran concentración, ya que no hay ruido.
En mi caso concreto me despierto a las 5 de la mañana porque así tengo 3 horas para dedicármelas a mí en tranquilidad antes de que se despierte mi hija y nos pongamos con los preparativos del colegio.
Creo que lo importante no es si te despiertas a las 5, a las 6 o a las 3 de la mañana, sino que es más importante la intención de encontrar ese tiempo para ti misma y tus cosas y, por supuesto, de aprovecharlo de una manera eficaz.
Una de las cosas que más me intrigaba cuando estaba leyendo el libro eran los motivos por los que alguien querría levantarse tan temprano. ¿Qué hace la gente a las 5 de la mañana?
Esta pregunta tiene tantas respuestas como personas que se despiertan a las 5. Yo creo que cada persona adapta sus horas en función de sus necesidades. Yo no creo en el todo para todos, y si alguien que nos lee está pensando en seguir la misma rutina que X persona, le diría que no lo hiciera. Cada uno tenemos que encontrar qué es lo que nos gusta hacer y saber qué es lo que tenemos que hacer.
Yo me adapto según la etapa por la que paso. Sin embargo, siempre procuro que haya 4 pasos en mi rutina: en primer lugar la meditación, porque me permite empezar mi día con el foco en lo importante y también me ayuda a recordar por qué he hecho ese esfuerzo. Lo segundo es el ejercicio, que me ayuda a activarme y me pone de buen humor para todo el día. Lo tercero es el aprender algo, ya sea con lectura, estudiando o haciendo cursos que tengo en marcha. Por último, trabajo en cosas que requieran mucha concentración como escribir, desarrollar ideas muy grandes o tareas no mecánicas.
Sobre estos pilares me muevo yo y voy variando la cantidad de tiempo que destino a cada uno.
Una vez más, creo que no hay ninguna rutina que se deba seguir a raja tabla, sino que hay que encontrar la que se adapte a cada uno en cada momento.
Y, ¿qué beneficios tiene?
Despertarse a las 5 de la mañana tiene grandes beneficios. Tanto a corto como a largo plazo. En mi opinión, el mayor beneficio y más evidente es que te permite que el resto del día vaya muy bien. Cuando tomas las riendas de tu mañana, también decides cómo irá el resto del día. O al menos decides posicionarte desde una perspectiva muy positiva aunque las cosas no vayan de la mejor manera posible.
Otro gran beneficio podría ser el tener tiempo para cosas que si no fuera por esas horas extra no podrías hacer. Actividades como la lectura, el ejercicio, la meditación y el crecimiento personal entre otras son las eternas olvidadas. Crearles ese espacio a la larga nos aportará muchísimos beneficios como personas.
Más beneficios podrían ser: la autodisciplina, tener mayor autoestima, motivación más constante, un estado más relajado, etc.
Una vez claros los motivos y los beneficios de madrugar, lo que siento cuando suena el despertador es que el cuerpo pesa: ¿cómo podemos vencer la resistencia física del cuerpo?
La resistencia física no se vence, se acepta. Sé que esto no es lo que nos gustaría leer a la mayoría, pero es la verdad. Aunque llevemos 6 años despertándonos a las 5, seguramente todavía tengamos que hacer esfuerzo para despertarnos temprano. Puede que mucho menor, pero siempre estará ahí porque el cuerpo prefiere normalmente descansar.
Y, cuando el cuerpo no ayuda, hay que trabajar la mente. En este caso también, ya que lo que pensemos cuando suene la alarma determinará en gran medida si nos despertamos o nos quedamos durmiendo.
Si pensamos negativo como esto: “Uff… madre mía… qué sueño y qué pereza despertarme. No tengo necesidad de despertarme, mejor me quedo durmiendo y ya haré ejercicio (o X cosa) otro día”, nos será muy difícil despertarnos. Se nos juntará una mentalidad negativa con un cuerpo que por falta de hábito no ayuda y el resultado será seguir durmiendo.
En cambio, si nos esforzamos por pensar algo parecido a esto de a continuación, todo será mucho más fácil: “bien, un nuevo día y una nueva oportunidad para mejorar como persona. Me quedaría durmiendo más rato, pero prefiero los beneficios de despertarme temprano, así que lo voy a hacer con una sonrisa”
El cambio es más que evidente y no sólo al leerlo, sino que poniéndolo en práctica se notan todavía más las diferencias.
Si lo pensamos bien, todo, absolutamente todo en la vida son decisiones y cada vez que decidimos decir sí a algo decimos que no a otra cosa (y viceversa). Con este tema igual, cada vez que decidimos despertarnos temprano decimos que sí a una serie de beneficios y al contrario.
Como aclaración, me gustaría recordar la importancia de unas horas mínimas de sueño y de un descanso correcto. No es viable como rutina acostarnos a la 1 de la madrugada y despertarnos a las 5. Al igual que modificamos nuestra hora de despertar, también debemos cambiar la de acostarnos.
Todo este tema de levantarme pronto yo me lo he planteado desde el punto de vista de alguien que en este momento gestiona prácticamente el 100% de su tiempo, es decir, no tengo un trabajo con horario fijo ni tengo hijos u otras personas a mi cargo. ¿Cómo cambia esta filosofía de vida si eres mamá?
Yo creo que el despertarse a las 5 se puede aplicar a muchos más tipos de personas de las que creemos. Mientras podamos acostarnos temprano, no hay mucho más impedimento.
Si eres mamá puedes aprovechar para acostarte con tus hijos si se acuestan temprano o incluso también en las siestas. Y lo mejor es que las mamis tenemos ese momento nuestro tan necesario y que nos suele costar mucho encontrar.
Los trabajadores por cuenta ajena (que no trabajen hasta tarde) pueden hacer lo mismo: acortar el día por la tarde-noche y tener ese mismo tiempo por la mañana. Se trata simplemente de redistribuir las horas en función de lo que mejor vaya a cada uno.
Aprovecho para volver a recalcar la importancia de adaptar nuestras rutinas a nuestras propias necesidades. No por despertarnos a las 5 vamos a ser más productivas, ni nos va a cundir más el día.
Por último, Laura Vanderkam en el libro dice lo siguiente: “Estoy firmemente convencida de que podemos construir vidas que deseamos con el tiempo que tenemos”. ¿Qué opinas, podemos hacerlo todo con el tiempo que tenemos?
Sí. Yo también estoy firmemente convencida. Todos tenemos las mismas 24h al día, pero todo depende de cómo las usemos.
Es verdad que muchas veces no podemos llegar a todo lo que nos gustaría (porque suele ser demasiado), pero justo ahí está el secreto: En ir haciendo con constancia lo que podemos hasta que podamos hacer más. Seguramente tardemos más tiempo si hacemos varias cosas, pero por supuesto que podemos ir haciéndolas e ir viendo los resultados.
Enlazándolo con la pregunta anterior, no por ser madres tenemos que dejar de lado todo lo que hacíamos antes. O no por trabajar por cuenta ajena ya no podemos hacer nada más. Es cuestión de saber gestionar el tiempo que tenemos y tener la paciencia de ir haciendo a poquitos.