A finales del mes de abril comencé a adquirir el hábito de levantarme antes de mi hora habitual. Lo hice por dos cuestiones: primero, porque me daba la sensación de que, trabajando en casa, no aprovechaba bien el tiempo; y, segundo, porque necesitaba hacer hueco para esas cosas que siempre dejamos para otro momento (especialmente el ejercicio). En esos días también estuve leyendo el libro Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam y recogí frases interesantes como: “Antes de que el resto esté desayunando, la gente más exitosa ya se anotó victorias cotidianas que le ayudan...