En colaboración con Wear it slow |
Mi despertador suele sonar alrededor de las 7:30. Por lo general, lo apago rápidamente y… lo confieso: me doy un rato más en la cama. Eso implica que todo lo que tengo en mente para ese día vaya con retraso desde primera hora; que tenga que correr más de la cuenta sin darle a cada actividad el tiempo que necesita; y que renuncie a cosas prescindibles en ese momento, pero que me gustaría hacer.
Puede que sepas a qué me estoy refiriendo: ejercicio, cuidado personal más allá de la ducha, desayuno pausado, meditación, escritura personal… En resumen, todas esas actividades que, como diría mi abuela, no piden pan, y que solemos dejar para cuando tengamos un tiempo que nunca llega.
Sin embargo, leyendo e informándome sobre el tema, llegué a esta afirmación que plantea la autora americana, Laura Vanderkam, en su superventas Qué hace la gente exitosa antes del desayuno: “Estoy firmemente convencida de que podemos construir vidas que deseamos con el tiempo que tenemos”.
No me da la vida
Seguro que uno de tus mantras diarios más repetidos es “no me da la vida”. Y es que nos pasamos el día corriendo y, aún así, no llegamos a todo. En el libro que he nombrado en el párrafo anterior, la autora analiza, muy al estilo americano de productividad y optimización, casos de éxito de personas muy dispares que combinan sus responsabilidades profesionales y su vida personal ¡de manera equilibrada! Y, mi pregunta es: ¿cómo?
Vanderkam asegura que estas personas tienen prioridades que quieren abordar o actividades que quieren realizar en su vida, y que el inicio del día es justo ese momento en el que tienen más control sobre sus horarios: “Antes de que el resto esté desayunando, la gente más exitosa ya se anotó victorias cotidianas que le ayudan a acercarse a la vida que quiere tener”.
Programa tu despertador a las 5 a.m.
Vale, por partes. ¿A qué hora se refiere con “antes de que el resto esté desayunando”? El libro no fija una hora en concreto, aunque, por los casos prácticos, puedo intuir que estaríamos hablando de entre las 5 y las 5:30 horas. De hecho, hay otro autor que puede que te suene, Robin Sharma (El monje que vendió su Ferrari), que ha publicado recientemente un nuevo trabajo titulado El Club de las cinco de la mañana.
Ellos (y no son los únicos) piensan que este momento del día es el idóneo para hacer aquello que nos gustaría. Pero, ¿por qué? Pues porque, básicamente, a esa hora nadie te buscará, no tendrás interrupciones ni distracciones, con lo cual, es tiempo que puedes dedicar a aquello que desees (si tienes hijos y con esto que te estoy contando te da la risa, echa un vistazo a las stories del Instagram de Mimi Almita, experta en organización slow).
Domina tu día
Esta teoría de las 5 de la mañana se sustenta también en el hecho de que, como las actividades que programas tienen un alto valor para ti, supondrán una inyección extra de energía para afrontar el resto del día. Y, por otro lado, dejarás de machacarte pensando que pasa otra jornada más sin ir al gimnasio.
Dice también Vanderkam que los mejores rituales matutinos involucran actividades que no tienen por qué suceder y que tampoco tienen que pasar a una hora específica, pero que, sin embargo, practicadas de manera regular, dan como resultado beneficios a largo plazo.
En un vídeo titulado “Nueve hábitos que cambiarán tu vida antes de la nueve de la mañana”, Belén Canalejo, de Balamoda, nos transmite estas sensaciones y una afirmación muy poderosa: “He experimentado en los últimos años cómo levantarme pronto y vencer la pereza me ponen en situación de dominar mi día”.
Programa tu despertador… para irte a la cama
Llegados a este punto, me quedan claros los motivos y los beneficios de madrugar, pero aún me surge una última pregunta: ¿cómo vencer la resistencia del cuerpo? En este punto, hay un par de cuestiones prácticas a tener en cuenta: la primera, vete a dormir antes, hazlo de manera progresiva y proporcionalmente a la hora en que quieres levantarte; y la segunda, diseña un plan y consigue todo lo que necesites para ejecutarlo, ponte objetivos cortos para llegar a la meta, siendo realista y honesta contigo misma, y adáptate a las necesidades.
Según Vanderkam, la fuerza de voluntad que se necesita para que este ritual funcione se ejercita, y lograr que algo se convierta en rutina exige compromiso y paciencia al principio, pero después, gracias los hábitos cotidianos, se consiguen importantes progresos.
Al tiempo que escribo esto, y a pesar de que entiendo perfectamente el mensaje que la autora pretende transmitir, noto una cierta resistencia de mi cabeza y de mi cuerpo a si quiera pensar en levantarme a las 5-6 de la mañana. Y, como diría Samanta Villar, como no es lo mismo contarlo que vivirlo, voy a retarme a mí misma a sentir lo que supone aprovechar el día desde bien temprano, haciendo un registro de una semana como aconseja Laura Vanderkam. ¿Te apetece acompañarme? Podrás seguir los avances en mi web y en mis redes sociales.
Por cierto, que este libro, Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, también analiza otras áreas de aprovechamiento del tiempo, como los fines de semana y la jornada de trabajo, aunque ese análisis lo dejamos para más adelante.
Si te gusta este libro, también te gustará…
- Vivir con abundancia, de Sergio Fernández
- The year of less, de Cait Flanders
- The little book of contentment, de Leo Babauta
- La magia del orden, de Marie Kondo
- La felicidad después del orden, de Marie Kondo
- Libros acerca de vida sencilla y sostenible
03/09/2019
[…] unas semanas, después de leer el libro Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam, me propuse añadir a mi rutina diaria el hábito de levantarme más temprano. […]