Ventajas de viajar en coche

Desde que compramos el coche en el año 2012, hemos hecho muchos viajes, largos y cortos, con él: lo inauguramos yendo al Pilar de Zaragoza y luego hemos visitado Valencia, Granada, Toledo, Asturias, Portugal,  Francia, Bélgica… y hemos hecho muchas excursiones, sobre todo acoplándole el portabiclicletas.

A los pies de la Torre de Belém, en Lisboa, disfrutando de la espectacular desembocadura del río Tajo

Si habéis leído la aventura belga de 2016, ya sabéis que yo, aunque tengo carnet, no conduzco porque no me gusta demasiado, y que solo lo hace la media langosta (por cierto que lo de la medialangosta viene de aquí). A él, en cambio, le gusta conducir, como diría el lema de BMW, y yo ya me he hecho a ejercer de copilota, a manejar el GPS, a hacer de DJ, a proveer bebida y alimentos, y a echarme alguna que otra siesta en periodos de inactividad.

Cuando planteamos ir a Bélgica en coche, una de las cosas que más me preocupaba era la enorme cantidad de kilómetros que haríamos y la posibilidad de sufrir un accidente. Creo que a la mayor parte de la gente que viaja por carretera le asaltan estas dudas y, aunque en realidad están ahí, son cuestiones en las que podemos trabajar para evitarlas.

Otra de las dudas que me acechaban era el precio total que pagaríamos en comparación con el viaje en avión: era probable que encontrara billetes de ida y vuelta más baratos directos a Bruselas.

Desmontando mitos

Después de la incertidumbre inicial propia de cualquierviajero inexperto, empecé a echar cuentas y llegué a la conclusión de que el trayecto en sí hasta Bruselas no nos supondría, entre combustible y peajes, más de 400 euros aproximadamente, lo que me salían dos billetes de ida y vuelta a Bruselas.

Lo que no incluían esos billetes de avión eran las visitas a Burdeos, Normandía y Brujas. Es decir, cuando viajas en coche, conoces cosas que en otro modo de transporte sería imposible. Por ejemplo, al Cementerio Americano de Normandía o la Playa de Omaha o a Coulon solo se puede llegar por carretera.

Seat León vs. tanque en la Playa de Omaha, en Normandía

Además, el coche te da una libertad extra. Puedes parar cuando quieras, si ves algo que te ha llamado la atención o simplemente estás cansado; te permite cambiar los planes; el equipaje no tiene por qué estar limitado y puedes llevar las cosas que creas conveniente; empiezas el viaje desde el momento en que arrancas; disfrutas de la música y del paisaje; aprovechas las horas para hablar e incluso para inventarte algún juego; llevas comida y bebida; si tienes mascota, puedes disfrutar de su compañía; y un largo etcétera.

Vuelve algunos inconvenientes a tu favor

Es cierto que también puedes sufrir atascos, problemas a la ora de aparcar o algún incidente o accidente. Sí, es verdad, pero son cosas que, si planificas mínimamente tu viaje, puedes mitigar en gran parte. Por ejemplo, puedes consultar el estado del tráfico antes de partir y elegir rutas alternativas si lo consideras oportuno; ayúdate con las herramientas que te ofrece el GPS para gozar de una conducción óptima; infórmate de dónde puedes aparcar el coche en tu lugar de destino antes de llegar; elige alojamientos con parking privado o situados en zonas en las que el aparcamiento sea fácil; y revisa tu póliza para saber qué te cubre en caso de que necesites contactar con tu aseguradora.

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