Si eres, como lo soy yo, periodista, puede que hayas tenido que vender tu pluma al mejor postor. Y no te culpo. Ya sea por una determinada línea editorial o porque existe un compromiso publicitario que permite la viabilidad económica de tu medio, en muchas ocasiones tendrás que adornar aquello que escribes o contar una verdad a medias.
Aun así, siéntete afortunado. Hoy en día, al menos tenemos la posibilidad de expresarnos por unos u otros medios y la libertad de prensa es un derecho reconocido. Esto, que ahora nos parece tan normal, hace tan solo unas décadas era una utopía. Y si no, que se lo digan a Pereira.
En el momento histórico que retrata Sostiene Pereira, de Antonio Tabucci, (plena dictadura de Salazar, año 1938, en Portugal), la cosa era, desde luego, muy diferente debido a las terribles consecuencias que podía tener publicar algo inapropiado. No obstante, la autocensura entre los periodistas estaba a la orden del día.
Y así comienza Pereira, autocensurando los polémicos artículos de su ayudante, Monteiro Rossi. Pero su personaje, enredado en los líos de Monteiro Rossi y de la novia de este, Marta, provoca un cisma en su existencia y termina poniendo patas arriba todo el convencionalismo en el que vive.
Además, en la trama puramente profesional, se van mezclando sentimientos tan íntimos como el paternal. Es con Monteiro Rossi con quien Pereira hace las funciones del padre que nunca fue. Una fuerza interior que él mismo reconoce no entender es el que le lleva a protegerle. Y es Monteiro Rossi y todo lo que se forma a su alrededor el que remueve la cómoda existencia de Pereira: periodista, director de la sección cultural del Lisboa, un humilde periódico vespertino lisboeta, vive ajeno a los acontecimientos políticos y a la parte más dura de la represión de la dictadura de Salazar.
Poco a poco, Pereira va comprendiendo que muchos de los que le rodean están al tanto de las atrocidades de la dictadura y llega un punto de inflexión en el libro, durante su visita a la clínica talasoterápica de Parede, en la que, influido por el doctor que le atiende, se da cuenta de que es posible que su “yo hegemónico” esté cambiando.
Esta obra de Tabucci es una excepcional declaración de guerra contra el conformismo y la opresión, una llamada a la conciencia del cuarto poder en particular y de la sociedad en general en el contexto de la dictadura salazarista, con una guerra en marcha al otro lado de la frontera y con los totalitarismos en auge en toda Europa. Todo ello, enmarcado en la preciosa ciudad de Lisboa y en algunos de los maravillosos rincones del país vecino.
Es una maravillosa lección de periodismo, recomendable para estudiantes.
“¿A usted le interesa la muerte? Monteiro Rossi esbozó una ancha sonrisa, y eso le incomodó, sostiene Pereira. Pero ¿qué dice, señor Pereira?, exclamó Monteiro Rossi en voz alta, a mí me interesa la vida”
03/09/2019
[…] Sostiene Pereira, de Antonio Tabucci. La etapa histórica que retrata Sostiene Pereira se sitúa en plena dictadura de Salazar, en el año 1938, en Portugal. En este momento, la cosa estaba delicada para los periodistas, con terribles consecuencias para aquellos que se atrevieran a publicar algo inapropiado. No obstante, la autocensura entre ellos estaba a la orden del día. Pero a Pereira todo esto le pilla lejos: periodista, director de la sección cultural del Lisboa, un humilde periódico vespertino lisboeta, vive ajeno a los acontecimientos políticos y a la parte más dura de la represión de la dictadura de Salazar. Hasta que Monteiro Rossi, su ayudante, lo pone todo patas arriba, provoca un cisma en su existencia y termina poniendo patas arriba todo el convencionalismo en el que vive. […]