Mery, de Muy Mery: “Nos dejamos solas por miedo a ser nosotras mismas […] Para no hacerlo, un buen inicio es observarse mucho, estar en intimidad”

Los podcast están de moda, y es algo que, para una amante de la radio como yo, supone una alegría tremenda. Me paso buena parte del día con los auriculares puestos, escuchando bajo demanda temas que me interesan. Cómo no, mis podcast favoritos del momento son el de Charuca (Jefa de tu vida), el de Cristina Mitre y en el Balamoda (El podcast de los sueños), pero yo me inicié en esto con Muy Mery hace casi ya dos años.

Mery Cirach es pionera por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Fue una de las primeras en distribuir sus contenidos en formato podcast aquí en España y el día que escuché su intro, me quedé loca. ¿Qué era eso de “El mundo está lleno de ruido. Apágalo. Baja el volumen de tu vida y enciéndete. Siéntete salvajemente libre y ligera”? Pues justo eso, contenido nuevo para mí, gracias al que he conectado mucho conmigo misma en este tiempo.

A pesar de que aún no he tenido la oportunidad de hacer “El viaje“, lo que Mery comparte semanalmente en el podcast y en Instagram, sumado a su voz… ES MAGIA. Te dejo con sus palabras,… y con su voz.

Entrevista a Mery, de Muy Mery: “Nos dejamos solas por miedo a ser nosotras mismas […] Para no hacerlo, un buen inicio es observarse mucho, estar en intimidad

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Lo primero es el ruido, dos formas de ruido: el propio, el de la mente, y el otro, el que nos viene impuesto de fuera. En las introducciones de tus audios, la frase que utilizas es “El mundo está lleno de ruido. Apágalo. Baja el volumen de tu vida y enciéndete. Siéntete salvajemente libre y ligera” (me parece muy potente). ¿Cómo apagamos el ruido?

El tema del ruido es para mí importante y, sobre todo, se trabaja mucho el “El viaje” durante 7 meses. El ruido para mí es todo aquello que no tiene que ver con la esencia del ser humano. Así que imagínate lo amplio que puede llegar a ser. El ruido, para mí y mi forma de verlo y de viajar, puede ser desde ropa que ya no te pones y que te conecta con un momento de tu vida que fue muy triste y todavía la tienes en tu casa; hasta esa persona tóxica que tienes en tu vida y que no puedes liberar; hasta un pensamiento que no puedes dejar de creer y que limita en tu día a día; hasta un lugar con el que conectas a diario y te sientes pesada; hasta la alimentación que te tomas; hasta cómo tú te relacionas con tus relaciones; hasta la historia que te cuentas imaginaria de cómo tiene que ser tu vida. Es decir, ahí hay un ruido enorme en mil cosas, todo lo mezclamos, hacemos que la vida se convierta en una energía densa en la que todo está mezclado y donde siento que no hay ningún tipo de sentido hacia nada. Así que para mí era muy importante que “El viaje” y, sobre todo una de las frases que identifican lo que significa Muy Mery, es justo eso, es apagar todo eso superfluo, todo ese patrón limitante que tanto nos condiciona para llegar realmente a la esencia.

Otra de las frases que, en su día, cuando te la escuché por primera vez, me impactó fue el “no te dejes sola”. ¿Cuándo crees que nos dejamos solas y cómo podemos volver o empezar a acompañarnos?

Nos dejamos solas muchísimos y muchísimos días y por muchísimas razones: por convencionalismos; porque cuando éramos pequeñas nos contaron cómo teníamos que hacer las cosas; por miedo a que no nos quieran; por miedo a la soledad; por miedo a que no nos entiendan; por miedo a huir; por miedo a ser nosotras… en definitiva. Entonces, volvemos a lo mismo. Al final, el volver a acompañarte y el volver a estar contigo yo te diría que empieza por una profunda observación y en una profunda consciencia de en qué mujer te has convertido y qué sientes que justo cuando miras de piel hacia afuera, sientes que hay ruido y que ese ruido ya no tiene nada que ver contigo.

El no dejarse sola para mí requiere de mucho entreno y de mucho compromiso, no es algo que se haga en un día, sino que es algo que se entrena día a día para tener resultados, y esto es algo que pongo muy de manifiesto dentro de “El viaje” porque es de suma importancia. Así que yo diría que para no dejarse sola un buen inicio es observarse mucho, estar justo con nosotras en intimidad y volver a recrear una intimidad con uno mismo, para poder luego estar en intimidad con el otro y poder identificarlo.

En este tercer punto, me voy a referir a la energía. En muchos de tus podcasts haces referencias a energías de frecuencias altas y bajas y cómo nos influye. ¿En qué momento identificaste tú que te movías en frecuencias bajas y cómo fue el proceso hasta situarte en un nivel de energía correcto?

Hay muchos, muchos métodos. A veces no es tan fácil eliminarlos y, a veces, más que una fuga de energía es un bloqueo, es algo que, por ejemplo, anhelamos mucho, queremos llegar a un objetivo, pero por el camino hay muchas fugas, y entonces te diría que hay que entrar ahí y hay que ver cómo se nos mueve el tema de las fugas.

¿Cómo podemos acabar? Pues entendiendo que hay que soltar. Yo siento que también estamos en una sociedad en la que más cantidad, el que tengamos más cantidad de algo, implica que vamos a estar mejor y yo soy de las que opina que es mejor vivir con cuatro cosas y todo como muy bien colocadito, todo muy minimal, muy cerquita y que podamos sentirnos, que podamos tener un lugar de regeneración, de descanso, eso va a hacer que tengamos cada vez más energía porque muchas mujeres entienden que la energía se cultiva durmiendo o comiendo bien y eso es simplemente cuidarse pero de una forma muy básica. Entonces yo creo que no estamos educados energéticamente como nos corresponde y el hecho de cuidar esa energía implica muchas más acciones, ponerle también mucha consciencia. Al final hay mucha observación en el tema de la energía.

Por último, me gustaría que me hablaras de la visualización creadora. ¿Cómo influye la forma en que nos hablamos?

Buenos pues imagínate, claro, ya no solo como nos influye la forma en que visualizamos, sino también desde que lugar yo me estoy relacionando con la visualización creadora. En el acompañamiento con mujeres, que tengo un trabajo muy focalizado ahí, sí que me doy cuenta de que la mujer pide desde un lugar de carencia, desde algo que no tiene y, como no tiene, pues parece que va a costar más en llegar… Lo hacen, hacen la visualización, pero no se la acaban de creer, entonces para mí francamente es una pérdida de tiempo. Yo siento que la mujer hoy tiene que hacer magia desde un lugar de abundancia, no desde un lugar de carencia que es lo que siento que muchas veces, sin darnos cuenta, sucede.

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