La gente feliz lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand

Llegué a La gente feliz lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand, esperando otra cosa. Este es uno de los ejemplos en que un título atractivo y una buena campaña de marketing te enredan. Además, la sinopsis atrae: Diane es una joven que acaba de perder a su marido y a su hija en un accidente de coche; su duelo la lleva hasta Irlanda para tratar de sobreponerse y continuar su camino en la vida.

Se suponía que este libro reunía dos de las cosas con las que disfruto mucho leyendo: por un lado, una historia de superación personal y, por otro, un viaje a un sitio precioso como terapia y punto de inflexión. Pues bien, ni lo uno ni lo otro.

Tras la muerte de Colin y Clara (su marido e hija), Diane deja de trabajar en su café literario, La Gente, y rehúye de su familia y de sus amistades para vivir su duelo. Solo Félix, su socio y mejor amigo, tiene un hueco en la vida que Diane lleva recluida en el piso repleto de recuerdos de Colin y Clara.

Cuando se cumple un año de la tragedia, algo impulsa a Diane a replantearse su vida, aunque sabe que necesita hacerlo lejos de París, en un sitio al que Colin siempre había querido ir, Irlanda, y el destino la lleva a un pequeño pueblo de costa, Mulranny. Allí todo parece agradable y familiar hasta que aparece en escena su vecino Edward. En este momento fue cuando constaté que algo que no me cuadraba en este libro. Os explico por qué.

Edward se presenta ante su vecina de muy malas maneras: es desagradable, antipático e incluso violento. Después habrá un momento en que la autora explica el porqué de su comportamiento pero os aseguro que para mí no tiene justificación alguna tratar tan mal a una persona que acabas de conocer. Edward, tienes un problema serio. Y Diane, claro está, se pone a su altura.

Según avanza, la historia no termina de mejorar. No he conectado nada con personajes secundarios como Félix y Judith (la hermana de Edward) y tampoco con la trama que, de historia de superación personal pasa a historia romántica que no hay quien entienda, incluso con algunos tintes de After, de Anna Todd.

Ni siquiera aprovecha que ha llevado a la protagonista hasta Irlanda para darle un mayor protagonismo al entorno. Esto lo he echado mucho de menos porque es uno de los elementos que más me fascinan de los libros que transcurren en lugares que no conozco.

El final, desde luego, no es lo que más me disgusta. De hecho, creo que es uno de los momentos del libro en que Diane toma por fin una buena decisión acerca de su vida.

De todas formas, este libro se lee bastante rápido y, aunque tampoco es que haya dejado una huella profunda en mi memoria lectora, creo que me ha servido de transición.

Mulranny, Irlanda

Mulranny, http://mulranny.ie/

Mulranny es un pueblo costero situado en el Condado de Mayo, en Irlanda. Este es el sitio en el que Diane decide vivir su duelo para seguir adelante. Por las fotos que he encontrado el lugar es espectacular y su playa es súper conocida.

En la página de turismo de Mulranny, podéis disfrutar de paisajes preciosos con mucha naturaleza. Ojalá hubiera más detalles acerca de este pueblo en el libro. Seguro que hubiera mejorado mucho el contenido.

2 comentarios

  1. Espe
    18/10/2016

    Por mucho que sea entretenido busco ahora mismo algo más así que lo dejo pasar, gracias por la reseña.
    Un beso

    1. Patricia
      18/10/2016

      Si estás buscando algo con fondo, no es tu tipo ahora mismo. Esto es algo más para pasar el rato.

      ¡Un beso!

Los comentarios están cerrados.

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