Entrevista a Deborah Marín, de Oye Deb: “Probablemente el autoconocimiento y el pensamiento crítico sean las dos cosas que más me importan a la hora tanto de vivir como de hacer negocio”

Deborah Marín

Uno de los días más felices en la vida de Deborah Marín fue aquel en que la despidieron de su trabajo por cuenta ajena. En ese momento, aparecieron ante ella miles de posibilidades que materializó, con tanta ilusión como incertidumbre, en diferentes empresas que durante varios años fueron construyendo el camino hacia su proyecto actual: Oye Deb, un espacio de reflexión para emprender a medida que este curso inicia ya su octava temporada.

Sincera, innovadora, pionera, y también imperfecta y buena pluma, Deb ha inspirado a miles de mujeres desde 2012 con contenidos de lo más variado, todos con el nexo común del emprendimiento a medida y con mensajes clave tan potentes como el autoconocimiento y el pensamiento crítico para encontrar el camino.

En siete años de Debsletter la hemos leído, visto y escuchado en diversas etapas tanto personales como profesionales, si es que ambos conceptos se pueden separar. Cuenta con una legión de seguidoras fieles e incondicionales porque sabe como nadie transmitir el contenido perfecto en el momento adecuado y es capaz de generar empatía sea lo que sea que se proponga.

Tiene la capacidad de conectar con su comunidad porque habla muy claro acerca del emprendimiento, sí, pero también de la vida, porque seremos emprendedoras, pero, sobre todo, somos personas.

He estado revisando mi bandeja de entrada y tengo mails de Oye Deb desde septiembre de 2013. Empecé a seguirte porque en un momento de crisis económica como aquel, en el que el mensaje era que si tenías trabajo fijo (aunque no te gustara) eras un afortunado, llegaste tú a decirme que el día más feliz de tu vida fue el que te despidieron. Y empecé a replantearme muchas cosas. Muchas lo hicimos. ¿Tienes idea (y números) de todos los proyectos a los que has inspirado con tu historia?

Me gusta mucho que digas que en aquel momento te di un mensaje diferente porque creo que era súper necesario si no lo habías visto o leído ya. No tengo idea real de cuánta gente ha creado un proyecto por mí, más que nada porque no creo que sea un solo factor el que te empuja a hacer algo así. Obviamente soy una de tantas cosas que hacen, de tantas cosas que ponen en práctica, que leen. Me gusta mucho ser parte de ese universo de cosas que hacen tomar una decisión como esa, especialmente si lo han trabajado con El Ideatorio que es la herramienta que yo tengo para saber cuánta gente tenía intención de hacer algo con su vida (aunque muchos no se apuntan a El Ideatorio queriendo emprender sino simplemente buscando un camino profesional que les haga más felices). Muchos me escriben para decirme lo que han hecho después, pero muchísimos no me escriben o me entero después por otras vías de lo que han hecho.

Sé que por El Ideatorio han pasado ya prácticamente 2.000 personas, pero por la web no tengo ni la más remota idea. De hecho, te diré que ni siquiera me importa mucho, en el sentido de que para mí no es una victoria que la gente monte un proyecto, lo que me gustaría más es saber que he aportado algo a su manera de estar en la vida, tanto a nivel profesional como personal; que han podido, leyendo algo que yo he escrito, haciendo un curso, con algún recurso gratuito o escuchando el pódcast, ver algo que no habían visto hasta ese momento, y eso, unido a un montón de otras cosas, que les haya llevado a tomar una decisión beneficiosa para ellas, que les haya hecho crecer. Eso es lo que más me importa realmente, no tanto que sean emprendedoras o no.

Para mí no es una victoria que la gente monte un proyecto, lo que me gustaría más es saber que he aportado algo a su manera de estar en la vida, tanto a nivel profesional como personal

Algunos de esos proyectos habrán salido adelante, otros se habrán transformado, guardado en un cajón o no habrán llegado a cuajar. Supongo que el éxito o el fracaso de un proyecto depende de muchos factores (y no los conocemos todos, como el algoritmo de Google). Pero si analizo un negocio de éxito como el tuyo, identifico un factor fundamental que al principio me chocó y que después fue decisivo para quedarme (creo que de aquella época solo te sigo a ti y a LuciaBe): la sinceridad total y absoluta con la que hablas. ¿Es la sinceridad la clave para que un proyecto funcione?

La verdad es que no creo que la sinceridad sea una condición indispensable para que un proyecto funcione, ni mucho menos. Creo que hay un millón de empresas y propuestas por ahí que no reflejan para nada quién hay detrás y que esta sinceridad, que entiendo se refiere a alguien mostrándose de una forma más o menos directa, no tiene por qué ser y no pasa nada, para mí no es obligatorio.

Sin embargo, si hablamos de marcas personales, de alguien que está dando la cara con algo muy personal suyo, la sinceridad es la manera que tenemos algunos de hacer las cosas, no sabemos hacerlo de otra manera. Es entonces cuando parece más mágico hacia fuera porque, cuando no tienes otra alternativa, vas muy a saco y, cuando vas muy a saco, es porque te sale de dentro y, si te sale de dentro, es más que posible que a la gente le conecte mucho.

Pero también podría pasar desde otro punto, es decir, podrías ser nada auténtico y nada personal, pero estar haciendo algo que te salga muy de dentro y eso llegar. Por tanto, no creo que sea imprescindible, pero sí que está muy bien que con lo que hagamos resultemos muy cercanas, estés de acuerdo o no con lo que estoy diciendo, te sientas más o menos aludida con lo que estoy contando o sea tu experiencia parecida a la que explico o no necesariamente, siempre hay puntos de unión.

Pasamos de la experiencia personal única a la experiencia colectiva, por eso mucha gente me dice que parece que les leo la mente. Y yo, obviamente, solo estoy en la mía y ni siquiera trato de escribir hacia fuera, yo siempre escribo para mí, me lo estoy diciendo a mí misma, me estoy explicando a mí misma las cosas, estoy poniendo en orden mis ideas cuando escribo y cuando comparto lo que escribo. Entonces, yo creo que esa es la clave: estoy tan metida en mí misma y el estilo de escritura que tengo es muy simple que eso hace que pueda conectar con cualquiera prácticamente.

Estoy tan metida en mí misma y el estilo de escritura que tengo es muy simple que eso hace que pueda conectar con cualquiera prácticamente

Además de la sinceridad, hay otras dos cuestiones que creo que son línea de vida de los mensajes que quieres transmitir a las emprendedoras que te siguen: el autoconocimiento y el pensamiento crítico. ¿Cómo son de importantes? ¿Qué elementos más añadirías al trinomio sinceridad-autoconocimiento-pensamiento crítico?

Probablemente el autoconocimiento y el pensamiento crítico sean las dos cosas que más me importan a la hora tanto de vivir como de hacer negocio. Yo creo que es importante para cualquiera estar con una misma, conocerse, saber pensar y discernir lo que sí y lo que no, evitar polarizarse demasiado (los extremos para mí no son nada bueno, yo intento casi siempre colocarme en el medio, pero en casi todo). Creo que esta es una postura muy mal vista, pero me parece muchísimo más sana y más cercana a la verdad, porque nada es ni de una manera ni de la otra.

Creo en eso más en la sinceridad hacia una misma, y te lo digo yo que me he engañado mucho toda la vida, es decir, no tenía ni idea de quién era. Pensaba que era de una forma y me lo tragué. Decidí que había que ser de una manera y así lo hice sin darme absoluta cuenta de que me estaba engañando y, en el momento que empecé a rascar un poco y lo vi, fue horrible. Estoy convencida de que la sinceridad es importante hacia una misma. Cuando la tienes hacia ti y cuanto más la entrenas y la trabajas, más fácil sale hacia fuera. No creo que una tenga que tener presente ser sincero con el mundo o con los demás si antes no está siendo realmente sincera con una misma.

Al final podemos hablar de todas esas frases como que “eres la persona más importante de tu vida y al final cuando te mueras no habrá nadie más que tú, que al final no te llevas nada” … Todo esto lo que viene a decir no es otra cosa que es estate presente contigo, descubre quién eres, qué tienes dentro, quita todas las capas de todo lo que te has ido poniendo, todo lo que te han contado, todo lo que has supuesto que debías ser, observa el mundo con rigor y con cariño y hacia dentro mírate también con rigor y con cariño. No trates de buscar la verdad sino tu verdad si es que hay una. Yo no creo que la verdad exista. La mía, al menos, la que tengo en este momento y hasta donde puedo llegar, esa sí la quiero buscar y trato de estar cada día pendiente de cómo es para mí. Esas tres cosas están de fondo en mis textos porque, honestamente, son las tres cosas a las que más les doy vueltas en mi vida y en mi cabeza una y otra vez.

Estoy convencida de que la sinceridad es importante hacia una misma

Te he comentado más arriba que te sigo desde hace muchos años. En este tiempo, has mantenido la esencia, pero cambiado bastante los puntos de vista, herramientas, … Aun así, tus lectoras siempre estamos ahí. Yo sé por qué me quedo al otro lado leyéndote y seguro que tú te has parado a analizar esto también. ¿Podrías contarnos tus conclusiones?

Es cierto que ha cambiado mucho, pero porque yo he cambiado mucho y no creo que hubiera cambiado tanto si al año y poco, dos años de empezar Oye Deb no hubiera empezado a ir a terapia. Ahí es cuando todo ha crecido exponencialmente, porque he estado contactando conmigo de una forma brutal, de cero a 2.000 en muy poco tiempo.

Pienso que muchas de las que seguís ahí os podéis sentir, no necesariamente identificadas, sino acompañadas en vuestro propio proceso. Hay mucha gente que obviamente no sigue, que le interesó en un momento y les dejó de interesar y también hay otras que me han vuelto a reencontrar y en esta temporada, por lo que sea, conectan más con lo que estoy diciendo. Cada temporada la trabajo según lo que he estado viviendo, aprendiendo, viendo de mí, según lo que me parece importante en ese momento a mí personalmente, y no al negocio o a la gente que me lee, que no les tengo en cuenta realmente. Entonces habrá personas que en ese momento puedan conectar y otras que no.

Lo que intento es no revelarle a nadie nada que no sepa de sí mismo o de la vida, sino acompañar en esos descubrimientos. Las reflexiones que voy teniendo las comparto para que sirvan a los demás a la hora de encontrar sus respuestas, se hagan sus preguntas y sientan que no son unas locas por estarte preguntando todo esto, que no son unas intensas y que hay muchas personas en la misma situación.

Eso me parece importante porque desgraciadamente creo que todos nos sentimos muy solos a pesar de tener muchos amigos y familia que nos quiere. Pienso que hay un sentimiento interno muchas veces de soledad, sobre todo soledad en lo emocional, en lo que somos realmente por dentro, en lo que sentimos que tapamos tanto y, cuando alguien lo dice y lo dice una manera racional, sin hacer mucho drama sino pensando sobre ello de manera genuina y lo más transparente que se puede, eso acompaña y sirve de espejo. Más allá de lo que cada una de vosotras esté pasando en cada momento, puede sentirse de algún modo acompañada y también hacer un poco esta aventura que es vivir junto a mí y, si lo piensas, tantas otras que me estáis leyendo que en el fondo somos todas las que vamos creciendo a la vez.

No deja de ser la aventura de crecer en la vida juntas. En mi caso, así como en otros proyectos no resulta tan claro, es muy visible y, a poco que te pares, mires para atrás y vayas viendo lo que he escrito con un poco de atención, se nota claramente por dónde he pasado, qué me ha sucedido, de qué manera estaba, … Se nota todo. A veces no cuento las cosas súper personales, pero sí lo que me pasaba por dentro. De nuevo, llevar la experiencia individual a la colectiva.

Lo que intento es no revelarle a nadie nada que no sepa de sí mismo o de la vida, sino acompañar en esos descubrimientos

Me encanta hablar de teoría, leer, ver, escuchar… pero, ¿qué cuestiones prácticas recomendarías a alguien que empieza ahora a emprender?

A nivel práctico dependerá de qué sepa una de entrada, con qué herramientas una llegue a emprender, porque hay gente que llega completamente virgen, nunca se había relacionado ni de lejos ya no solo con emprender, sino con herramientas de marketing, de publicidad… Yo creo que es importante aprender, pero no aprender a emprender, no ir a la escuela de emprendedores necesariamente, o al menos al principio, quizá más adelante cuando hay que hacer crecer el proyecto podría ser recomendable quizá (o quizá tampoco), pero aprender las cosas concretas, las herramientas que vas a necesitar en día a día de tu negocio.

Y la herramienta más concreta que vas a necesitar, y además lo digo porque yo todavía estoy en ello (nunca he puesto las ganas ni a la intención de aprender excepto ahora) es poner en orden el tema económico, entender súper bien las cifras de tu empresa. Parece muy sencillo porque al principio cuando empiezas a lo mejor no ingresas muchísimo y tienes cuatro gastos, sobre todo si es un negocio online, pero hay muchas cifras a tener en cuenta en un negocio más allá de ingresos y gastos y es importante conocerlas. Si tienes la suerte y tu negocio tira adelante las vas a necesitar y va a ser mucho más fácil que puedas escalarlo, no necesariamente hacerlo más grande, sí más rico y, para eso, por más que me moleste, porque soy una persona de cero números, hay que estar a las cifras y enterarse de lo que significa hacer, gastar dinero y todo lo que esté asociado.

El consejo es: empieza a mirar los números cuanto antes. El dinero es la medida real para saber si un proyecto va bien o no va bien. No los likes, no las seguidoras, ni siquiera las clientas. No. El dinero, los márgenes, lo que te queda. El dinero baja a tierra todo. Alguien que sabe de dinero te mira las cifras, te las organiza, te dice si va bien o no y a lo mejor todos nos obsesionamos en este negocio, sobre todo del online con facturas seis cifras, facturar siete cifras. Eso no es tan importante como lo que te queda de margen, lo que te queda de beneficio, lo que ahorra la empresa para reinvertir en ella. A lo mejor alguien está facturando siete cifras y yo tres, y estoy ganando más dinero yo a final de año que esa persona. Lo importante no es hacer grandes fiestas a la facturación sino a lo que te queda neto en la cuenta de la empresa cuando termina el año.

La herramienta más concreta que vas a necesitar como emprendedora es poner en orden el tema económico, entender súper bien las cifras de tu empresa

Lo importante no es hacer grandes fiestas a la facturación sino a lo que te queda neto en la cuenta de la empresa cuando termina el año

En muchas de tus Debsletters nos has contado cómo es la terapia que haces y los beneficios que has sacado de ella. Por otra parte, veo que los libros son fuente fundamental de aquello que nos cuentas. ¿Qué significan los libros para ti? ¿Te han servido como terapia? ¿Podrías decirnos algunos de los que hayan marcado momentos importantes de tu vida?

Los libros para mí son probablemente una de las cosas que más me gustan de la vida que no tienen que ver con personas ni con situaciones sino con objetos y con experiencias. Yo he leído desde súper pequeña. De hecho, mi madre dice que aprendí a leer sola con tres años o menos y que desde entonces no soltaba el libro. La verdad es que no he leído las grandes cosas que se supone que alguien tiene que leer, no soy experta en literatura ni muchísimo menos, de hecho, me considero bastante ignorante, muy poco culta en este sentido. No sé nada de las obras maestras de la literatura. Algunas sí porque me han interesado, pero llevo muy mal el compendio de todas las cosas que leo, escucho, veo, no sé citar nada de lo que he visto, me cuesta mucho saber de dónde viene algo que me ha impactado.

Simplemente soy una persona más emocional en este sentido que cerebral, que acumuladora de datos y sé las cosas me impactan en el momento porque lloro como una magdalena, porque estoy emocionada, porque me inspiran a moverme y a hacer algo que no tenía previsto, porque me consuela, por algo que estoy pasando, porque me encuentro acompañada… Nos podemos hacer a la idea de cuánto me importan los libros porque cuando fui madre hace ya casi dos años, mi hijo no dormía nada, yo tampoco dormía y eso fue devastador a todos los niveles, físico y emocionalmente, a nivel mental. No podía trabajar, ni tener vida social, no tenía fuerzas, no podía hacer nada de ejercicio ni ver películas, … nada de lo que yo antes hacía con mi día existió durante un periodo largo de más de un año. Y lo único que hacía siempre que podía arañar de donde fuera, era leer. Seguí yendo a la biblioteca, siempre, y seguía sacando libros. De hecho, era mi momento de salvación, mi momento de reconectar conmigo, aunque fuera a través de otras historias.

Para mí leer es conectar; es darme tiempo de calidad, tratarme bien, darme algo que me haga feliz. Y ningún libro en especial, voy a la biblioteca y lo que me llama en ese momento, lo que haya que las bibliotecarias hayan puesto de frente y que me guste, lo que llegue de novedades, me da igual, cualquier cosa antigua que de repente me encuentre por allí, soy muy de buscar así aleatoriamente.

Por esa misma razón de que no soy mucho de datos ni de recordar cosas, se me hace difícil pensar que me han servido como terapia, pero sí que me han servido como terapia en el momento, aunque no lleve un registro mental de lo que han hecho por mí. Pero me acuerdo de dos cosas especialmente de dos libros que en su momento fueron especialmente reveladores.

Cuando empecé en terapia, el primer tema que salió fue mi relación con el trabajo: cómo el trabajo era todo para mí; cómo ser eficiente y que me salieran bien las cosas era todo lo que yo tenía, … A pesar de que me ha hecho tener éxito, por dentro era muy doloroso. Y, entonces, en esos momentos encontré, no recuerdo cómo, Elogio de la pereza, de Tom Hodgkinson. Y lo tengo como uno de mis libros cabecera. Son ensayos que te hacen pensar sobre la productividad, trabajar mucho, no dormir nada… y lo hace dar la vuelta, es un elogio a ser perezoso. El autor, de hecho, lleva una revista que se llama The Idler y sigue toda esta filosofía de vida, como de vividor, que era lo contrario a lo que nunca me había permitido, y me abrió mucho los ojos. Ese libro en ese momento (junto con el trabajo en terapia) lo puedo recomendar porque recuerdo claramente que apareció y pensé : “Guau, lo que estoy haciendo con mi vida”.

Y luego hubo un verano que mi padre se puso muy enfermo y yo me asusté mucho y en ese momento también en terapia empezamos a hablar de este tema y a cuestionarme cosas. Yo no había pensado en la muerte y no me había aproximado a ella de ninguna de las maneras, ni espiritual, ni científicamente ni nada. Y me acuerdo que esa misma semana, después de la sesión, fui a la biblioteca, como siempre, y me acerqué a uno de los estantes que nunca miro, de autoayuda, filosofía, religiones… porque leo más ficción que no ficción, y vi uno que me llamó mucho la atención así de golpe, con el lomo amarillo, gordito: El libro tibetano de la vida y la muerte, de Sogyal Rinpoche. Me gustó mucho. Yo tampoco había tenido ningún contacto con el budismo, no me interesan las religiones en absoluto. Y me dio mucha paz, me acompañó en ese momento y me puso muy en paz con la idea de que todos nos morimos y de que no hay ningún problema y de que uno puede llegar a la muerte en paz y de que quizá hay otra cosa después, y de que no lo sabemos. En fin, me abrió un poco la perspectiva sobre algo que tenía muy cerrado.

Por eso, cuando hablo de libros terapéuticos para mí se trata de que abran vías, puertas o miradas que yo no había tenido en cuenta y, de hecho, es lo que a la vez estoy diciendo que me gusta hacer a mí con lo que yo escribo.

Los libros para mí son probablemente una de las cosas que más me gustan de la vida que no tienen que ver con personas ni con situaciones sino con objetos y con experiencias

Y la última, que esperamos como emprendedoras y como lectoras. ¿Para cuándo Island?

Ya no se llama Island, se llama La formación de una isla, y se detuvo. El proyecto de libro empezó en 2015 y a mediados de 2016 mi padre se puso enfermo y allí yo me quedé completamente anulada, no podía trabajar ni pensar en hacer ninguna otra cosa. Después se perdió mi perra, que ese fue ya el remate final de estar por los suelos de tristeza y de horror y de miedo y acto seguido me quedé embarazada y me encontré súper mal todo el embarazo. Y a los nueves meses de embarazo nació mi hijo que no me dejaba dormir… Así que ahora, después de todo este tiempo, es cuando hemos empezado a hacer una tarde libre en que no tenemos que estar encargándonos ni de estar en familia ni de Ray [hijo de Dédobah]. Dos tardes me he dedicado a escribir y siento que lo estoy retomando. He escrito un principio nuevo, nunca se desactivó en mi interior. Todos estos años he estado pensando profundamente en ello, a veces tomando notas incluso, pero sin escribir una palabra. Así que yo no sé para cuándo será, no tengo ninguna expectativa con esto, en absoluto. Me he rendido completamente, sé que llegará cuando tenga que ser si es que tiene que ser y no sé siquiera cómo saldrá ni si lo voy a querer publicar, si no, si nada.

Pero yo tengo muchas ganas de escribirlo. De hecho, se ha reconvertido porque con todo lo que ha pasado entre el viaje a Islandia y el momento actual tengo muchas más cosas que contar. Con lo cual el proyecto se ha convertido en una trilogía en el que la primera entrega sería el viaje a Islandia relacionado con mi infancia; después la no muerte de mi padre y la pérdida y no muerte-no lo sé de Lana; y el tercer tomo sobre la maternidad y la muerte de la persona que yo era tal y como la conocía. Así que en esto estoy ahora, pero estoy escribiendo muy poquito, sin prisa. Como si lo acabo cuando tenga 80 años, es que no me importa. Habré añadido muchos tomos, estarán en la cola muchos tomos, pero no me importa en absoluto.

Recursos entrevista 360º

Web de Oye Deb

El Ideatorio es un método único que despliega paso a paso todo lo que necesitas saber para entenderte a nivel profesional y descubrir qué quieres ser y cómo quieres serlo.

Libros que marcaron a Deb

Elogio de la pereza, de Tom Hodgkinson

El libro tibetano de la vida y la muerte, de Sogyal Rinpoche

Revistas

The Idler

El libro de Deb

La formación de una isla (antes, Island)

Libros y recursos

Todas las recomendaciones de libros y recursos de Deb

2 comentarios

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