Cuando abro un libro, rápidamente sé si me va a enganchar o no. Los principios, para mí, son importantes, porque si no me atraen lo suficiente, la experiencia puede acabar en fracaso. En el caso de Bajo el cielo de Dublín, de Maeve Binchy, la premisa de partida es atrapadora, a pesar de que, en sí, el libro al completo no parece muy prometedor.
Estela es una madre soltera con una historia delicada: le quedan pocas semanas para dar a luz y también para morir, lo que significa que tiene que buscar al padre de su hija para que se haga cargo de ella. Y resulta que el padre es Noel, un joven perdido, alcohólico, con un trabajo que aborrece y un futuro gris. Cualquiera diría que no está preparado para criar a un bebé pero, ¿acaso es mejor dejar a la niña en manos de los servicios sociales?
Moira, la asistente social, diría que sí, que esa niña debería criarse con una buena familia, bien atendida, pero el entorno de Noel no está dispuesto a dejar que eso pase: sus padres, sus vecinos, sus amigos y, sobre todo, su prima, la recién llegada, Emily, van a conseguir no solo que Noel cuide de la pequeña Frankie, sino que cambie la perspectiva de su futuro por otro más prometedor.
De nuevo, como me pasó con Una semana en invierno, otro libro de la autora, esta novela se convierte en una obra coral, repleta de personajes que cooperan por el bien de la comunidad y que conforman una gran familia. También en esta novela, como en la anterior, Maeve Binchy reflexiona acerca del paso de los años y de cómo evoluciona la vida. Pero, sobre todo, te hace ser consciente de cómo puede cambiarte la vida en un momento y de que es posible sacarle el lado positivo a una situación que, en principio, parece desastrosa.
Biblioterapia
Este libro está recomendado para lectores que quieran buscarle otra lectura a un acontecimiento inesperado en sus vidas e incluso ponerla a su favor. También para aquellos que encuentren sentido en el apoyo de una comunidad de personas que cooperan por el bienestar común de todos.
Esta novela también está indicada para echar el freno y leer lento. Como otras novelas de la misma autora, estamos ante un libro dinámico en cuanto a personajes e historias pero lento en cuanto a la manera en que viven.
Si te gusta este libro, también te gustará…
- Una semana en invierno, de Maeve Binchy
- Alguien, de Alice Mc Dermott
- El hostal de las emociones, de Debbie Macomber
- Un verano en el campo, de Heine Wanner