Hace unas semanas, a finales de verano, pasé unos días en Guardamar del Segura, un pueblecito de la costa alicantina. Uno de aquellos días llovió con bastante intensidad, tanto que cuando bajamos a la playa notamos bastantes daños. Pero lo que más me impactó, sin duda, fue ver los residuos que se amontonaban en los accesos desde el paseo marítimo. Lo que más había eran restos de toallitas y compresas. Además, paseando por la orilla del mar encontré trocitos diminutos de plásticos de colores y muchos palotes de bastoncillos. Por no hablar, de todo lo que dejamos “olvidado” tan...