Lo tenía en la lista de pendientes y el apellido de su autora, Norton, tenía una de las iniciales que me faltaba por cubrir en el reto de autores de la A a la Z. Es muy poco romántica la historia de por qué decidí leer No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, lo sé, pero llevaba meses intentando acércame a su lectura y no me acababa de decidir. Tal vez fue porque, cuando me decidí por él, el título me pareció de lo más ingenioso e incluso definitorio del estilo de vida actual. Y,...