La templanza, de María Dueñas

El amore sabe de mi amor por los libros. También lo sufre. Los que sois grandes aficionados a la lectura os sentiréis reflejados en estas situaciones: – Apaga la luz que mañana hay que madrugar… – Una página más, que ahora no lo puedo dejar… – ¿Qué haces leyendo a las cuatro de la madrugada? – No podía dormir… – Anoche te quité el libro de la cara, estabas roncando debajo de él… – Te lo inventas, estaba descansando los ojos un poquito… ¿A qué sí, a qué os suenan estas frases? Aun así, él sabe lo que me...

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