Tras nuestro periplo por tierras belgas y ese precioso viaje de ida por Normandía, pusimos rumbo de nuevo a Francia y después vuelta a casa. Esa mañana, como las tres últimas, disfrutamos de desayuno y conversación con los otros huéspedes (ya solo quedaba la pareja canadiense) y con los anfitriones del B&B Antares. Nos lo pasamos estupendamente, intercambiamos fotos, correos electrónicos, abrazos y besos varios (en Canadá no es costumbre como en España dar besos para saludarse o despedirse de alguien. Tampoco lo es en Bélgica donde en algunos casos se dan hasta tres besos pero con gente de...