Dice un refrán popular que a nadie le amarga un dulce. De hecho, hemos acostumbrado tanto nuestro paladar al sabor adictivo del azúcar que el gusto natural de algunas comidas incluso nos desagrada. ¿Has probado a hacer una salsa de tomate sin azúcar, a beber un vaso de leche con cacao natural, a comer un yogur natural sin nada más, o a tomarte unas fresas lavadas y punto? Yo reconozco que, antes de conocer el movimiento real food hace más o menos un año, no había probado ninguna de esas cuatro cosas, y tampoco era consciente de la cantidad...