Hace unos meses, reseñé en estas páginas virtuales uno de los libros del autor japonés contemporáneo más leído en occidente, Haruki Murakami. Se trataba de Tokio Blues, una novela en la que “los actores principales son la soledad, el alcohol, el sexo y el suicidio”. Finalizaba la reseña con un expreso deseo: leer a más autores japoneses para descubrir si la tónica general de los relatos discurría pareja. Para ello, estos días he estado leyendo un librito tan corto que apenas me ha dado tiempo a familiarizarme con él. Ha sido un visto y no visto. El título es...