Cuando somos pequeños, todo lo que nos rodea nos genera curiosidad. Solo tengo que mirar a mi sobrino de seis meses y comprobar que quiere coger mi pelo, morder sus juguetes, mirar los colores de los dibujos de la televisión o girar su cabecita para ver quién acaba de entrar por la puerta de su casa. Me encanta un momento de esta conferencia de Emilio Duró en la que relata algo más o menos así: “le dices a tu hijo que mañana va a ir a la playa y el tío se levanta a las 5 de la mañana,...