Vivir con abundancia, de Sergio Fernández

Vivir con abundancia

He de ser sincera. Cuando cogí este libro de la biblioteca, pensé que sería un manual sobre cómo conseguir dinero, ya que lo que quería era escribir acerca de métodos de gestión de la economía. El malentendido estuvo en la interpretación que hice de la palabra abundancia, aunque no tardé muchas páginas en darme cuenta de que debía cambiar la perspectiva si quería entender de qué iba aquello.

Vivir con abundancia, de Sergio Fernández es un manual para entender que la abundancia no tiene que ver solo con la riqueza económica, sino con la riqueza en armonía de todas y cada una de nuestras facetas como ser humano. Y, para encontrarla, existen tres premisas claves:

  1. La vida entiende que aquello que piensas es aquello que deseas y, por tanto, te entrega abundancia de ello.
  2. En el mundo solo hay dos energías […] Una de estas energías es el amor y la otra es el miedo.
  3. El amor genera abundancia y el miedo genera escasez.

Con estos puntos de partida, párate y reflexiona sobre los pensamientos que rumias diariamente y comprueba si la energía que emiten se genera desde el amor o desde el miedo. A partir de aquí, ya sabes si estás viviendo en abundancia o en escasez.

No tengo reparo en admitir que, en los últimos años, yo he vivido en muchas más ocasiones desde el miedo que desde el amor, es decir, las decisiones que he ido tomando tenían más que ver con el miedo a la escasez. La buena noticia es que la manera de reparar este hecho está al alcance de todos: la vida cambiará cuando cambie tu manera de pensar, cuando seas capaz de liderar los 50.000 pensamientos diarios que se repiten en nuestra cabeza.

“Cualquier problema de la vida puede solucionarse con ideas nuevas que nos proporcionarán percepciones nuevas […] Cambiando la forma de pensar, podemos cambiar los resultados”.

Las leyes de la abundancia

Aunque cambiar la forma en que vivimos pasando del amor al miedo está al alcance de todos, sin hacer grandes inversiones de tiempo ni de dinero, sí que implica modificar la manera en que nos relacionamos con el mundo. Por eso, en la segunda parte del libro, Sergio Fernández, nos habla de las 10 leyes de la abundancia, principios que debemos trabajar para conseguir el propósito de una vida abundante.

  1. Ley de la creación. Esta ley afirma que todo se crea en este mundo dos veces, la primera de ellas en la mente. Es decir, cada pensamiento genera realidad, por lo que, para crear realidades diferentes, debes transformar la forma en la que piensas. Cuidado porque, obtienes aquello en lo que piensas, tanto si lo deseas como si no.
  2. Ley de la vibración. La materia se compone de vibraciones que emiten y reciben energía y las que vibran en la misma frecuencia, se atraen. Es decir, atraes lo que eres y la emoción con la que haces algo.
  3. Ley de la causa y el efecto. Cualquier acontecimiento de tu vida está causado por algo, aunque desconozcas el origen.
  4. Ley del equilibrio. La ley del equilibrio sostiene que en la vida cada uno recoge lo que siembra porque el universo está constantemente buscando el equilibrio en la naturaleza. Con lo cual, si quieres recibir, tienes que comenzar dando, pero es igual de importante que aprendamos a recibir cuando sea el momento.
  5. La ley del orden. Esta ley implica que es preciso respetar la evolución de cada persona para que se cumpla esto que siempre decimos de “en el lugar adecuado, en el momento justo”. Si tenemos prisa por hacer algo puede que nos saltemos algunos pasos y es posible que tengamos que volver hacia atrás.
  6. La ley de la acción. Para activar todas las leyes anteriores, tienes pasar a la acción y confiar en que la vida te irá dando la respuesta.
  7. La ley del mínimo esfuerzo. La idea en esta ley es que el esfuerzo no existe en la naturaleza, con lo cual, no necesitamos esforzarnos para que las cosas importantes sucedan. Lo único que necesitas es emplear palancas, es decir, acciones capaces de multiplicar el resultado de algo que estés haciendo.
  8. La ley de los medios y los fines. No hagas algo solo porque te dará un beneficio al final del camino. Disfruta del camino, independientemente del fin que te espere. Dedícale horas a lo que te gusta y te enamora, de esta manera, nunca te habrás esforzado por ello ni te sentirás frustrado si el final no es el esperado.
  9. La ley de la expresión de los dones. Para lograr abundancia, es primordial poner al servicio de los demás aquello que realmente eres. Si lo quieres extrapolar a tu vida profesional, Sergio Fernández tiene claro que en el nuevo paradigma laboral del siglo XXI no hay desarrollo profesional sin desarrollo personal.
  10. La ley del desapego. Esta, sin duda, es una de mis fundamentales porque, en muchas ocasiones, nos vinculamos tanto con algo que, si acaba no resultando, las consecuencias son, de nuevo, el miedo y la escasez. Por eso, es fundamental vincularse con las acciones pero no con el resultado.

Una de las cosas que más me ha gustado de este libro es que no se enreda con ejercicios farragosos de esos que luego nunca acabas de llevar a cabo. La manera de implementar todos estos cambios en tu vida constituyen un reto contigo mismo. Está en la mano de cada uno el querer asumirlo. Pero, eso sí, cuando lo decidas piensa si lo has hecho desde el amor o desde el miedo.

Al terminar de leer, me he dado cuenta de que casi he utilizado más post-it destacando aquello que me llama la atención que páginas tiene el libro. Desde luego, es un manual con ideas alternativas aunque, por suerte, cada vez más extendidas. Además, no basta con leerlo una vez, es necesario empaparse, volver, avanzar, retroceder,… Lo que sí me he dado cuenta es de que, creas o no en lo que te está contando el autor, solo con poner las ideas en marcha, no habrás hecho más que ganar.

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4 comentarios

  1. Happiness life
    19/04/2019

    Buenaas!
    No soy dada a leer este tipo de libros pero siempre viene bien ^^
    Gracias por la reseña <3

    1. Patricia
      19/04/2019

      A mí me gusta intercalar ficción con libros de no ficción. Este me ha sorprendido mucho para bien, lo he disfrutado un montón.

      ¡Gracias por el comentario!

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